Reto del Módulo 1

En el reto del Módulo 1 me gustaría abordar, como ejemplo de discriminación, las prohibiciones de facto para donar sangre que han afectado y en algunos casos siguen afectando a los hombres del colectivo LGBT. 



¿QUÉ?


Se trata de un discriminación directa y abierta que imposibilita/ba a los hombres del colectivo LGBT a donar sangre, en algunos casos de forma definitiva y en algunos casos durante periodos de tiempo definidos desde la última relación sexual (postergaciones de 3 meses en Reino Unido, 4 meses en Dinamarca, 1 año en Bélgica, que en algunos casos, como este último, se extendía a mujeres que habían tenido relaciones con hombres LGBT; en este caso podría hablarse también de una discriminación por asociación). 



¿QUIÉN?


Hombres LGBT y en algunos casos mujeres que tuviesen relaciones sexuales con ellos. Aunque en mucho ámbitos a los hombres LGBT se los denomina HSH —hombres que tienen sexo con hombres—, dicha denominación borra la identidad LGBT de la realidad social de los individuos, reduciéndolos a cuerpos que tienen relaciones sexuales, por lo que desde sectores concienciados con la complejidad de la diversidad afectivo-sexual y de género se tienda huir de dicha terminología. 

 


¿POR QUÉ?


Los servicios sanitarios y de aprovisionamiento de sangre basaban dichas prohibiciones en la mayor prevalencia de VIH y de hepatitis entre los hombres LGBT.


¿CUÁNDO?


Esta prohibición entró en vigor por primera vez en 1983 en Estados Unidos, en plena crisis del SIDA. Ese mismo año, muchos otros países como Reino Unido, Canadá o Francia se sumaron al veto. 



ESTRATEGIAS PARA ACABAR CON ELLO


Las estrategias para acabar con esta situación pasan por eliminar como criterio de exclusión para las donaciones de sangre el ser hombre LGBT, sustituyéndolo por una aproximación en que el criterio de exclusión sean las prácticas sexuales de riesgo, independientemente de la orientación sexual de los individuos. 


EN PRIMERA PERSONA


Como hombre LGBT y sanitario, y conociendo los métodos actuales de diagnóstico, que permiten identificar estas enfermedades en la sangre con una alta sensibilidad y especificidad, cuando tuve conocimiento de este hecho sentí que mi colectivo estaba siendo discriminado injustamente, y que el trato diferencial respondía a prejuicios y estereotipos asignados al colectivo LGBT. Sentí enfado e indignación ante la situación. 

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